jueves, 7 de enero de 2010

Los intelectuales

Los intelectuales no pudieron liberarse de la desorientación, el desequilibrio y la pérdida de valores, que azotan a la sociedad. No sólo se distorsionaron sus propias concepciones acerca de su función social, que incluían una independencia económica, política, ideológica, sino que además el sistema les cambió su ubicación profesional.
El sociólogo o el psicólogo,es preparado y utilizado como analista de mercado, testista o seleccionador de personal; el abogado es un engranaje dentro del aparato legal de las grandes corporaciones; el ingeniero o el físico, integran los equipos técnicos; el arquitecto construye de acuerdo a diseños y proyectos resueltos en alguna central; el médico, o es controlador de asistencia del personal de una empresa, o es empleado de alguna de las grandes corporaciones comerciales de medicina que pululan por el país.
El conocimiento teórico o técnico, es calificado como un valor comercial un producto más del mercado, aproximándose al de la fuerza del trabajo manual de un obrero.
El intelectual opuesto al sistema de dominación mundial, cuyo medio de sustentacióneconómica, está ligado a las empresas multinacionales, pese a sus convicciones, está sosteniendo el sistema que rechaza.
El término “intelectual” podría utilizarse entonces, para referirse a individuos que se debaten, a veces desgarradoramente. Entere su conciencia y su realidad. El proyecto político, social, humano, que él puede proponer, no tiene interlocutores en la masa. Generalmente su diálogo se produce ente muy pocos receptores, especialmente entre aquellosde su misma situación.
Está condenado a ser una conciencia crítica casi estéril, sujeta a la posibilidad de una reacción, una experiencia de masas que le permita materializar sus ideas. Con el grave y serio riesgo de provocar un entorno hostil, en tanto sus propuestas y análisis pongan al descubierto las debilidades y miseria de la sociedad.

Dice Roque Dalton: “La mayoría no puede leer, no digamos los periódicos, sino los letreros que indican que está prohibido continuar el camino, porque ahí empieza otra propiedad privada”. (Roque Dalton. Y otros “Los intelectuales y la sociedad”).
Si leer y escribir, hoy, es un privilegio,¿no es más privilegio, leer y escribir como puede hacerlo un intelectual? ¿De qué manera y en qué medida puede un intelectual poner sus conocimientos my su teoría al servicio de un proceso de liberación nacional, si hay una mayoría que no sabe leer?“
"La responsabilidad de los intelectuales, es decir la verdad, la verdad es ya, en sí misma un hecho revolucionario. Este es el nivel primero, el nivel más ingenuo,porque queda por definir qué se entiende por verdad y a quien se dice esta, por quien es recogida. (…) Este siglo, también el siglo pasado,son muy ricos en pensadores que han renunciado a la hipocresía tradicional del pensamiento. (…) pero, paralelamente a la transformación de la sociedad, a la agudización de sus contradicciones, a la aparición de una clase, el proletariado, que encierra en sí, lanecesidad de la destrucción de la sociedad jerárquica, de la sociedad autoritaria, de la sociedad de clases; paralelo a esto, la racionalidad cae en una crisis que le deja tres salidas: o intentar vanamente reencontrarse a sí misma en la abstracta especulación;o degradarse en técnica al servicio del sistema de explotación; o devenir práctica consciente que instale un mundo de relaciones humanas racionales. Hasta ahora los filósofos han intentado interpretar el mundo, de lo que se trata es de transformarlo”(Fernández Retamar y otros, “Los intelectuales y la sociedad”).


Michel Foucault
Un matiz diferente: “Durante mucho tiempo, el intelectual llamado “de izquierda”, ha tomado la palabra y se ha visto reconocer el derecho de hablar, en tanto que maestro de la verdad y de la justicia (…) ser universal era ser un poco la conciencia de todos. Pienso que se encontraba aquí una idea tomada del marxismo, pero un marxismo insípido; del mismo modo que el proletariado, por la necesidad de su posición histórica, es portador de lo universal, (pero portador inmediato, no reflexivo, poco consciente de sí mismo) el intelectual por su elección moral, teórica y política, quiere ser portador de esa universalidad, pero en su forma consciente y elaborada. El intelectual sería la forma clara e individual de la que el proletariado sería la forma sombría y colectiva”. (Michel Foucault “Microfísica del poder”. Ed. La piqueta. Madrid. 1992).
Foucault dice que el intelectual ya no aborda lo universal, sino que trabaja en problemas y sectores específicos, vivienda, salud, universidad, relaciones familiares, sexo, etc. Esto le produjo un acercamiento en dos sentidos, uno, al enfrentar luchas reales, cotidianas; otra, porque se encuentra con los mismos enemigos que el proletariado y el campesinado: las multinacionales, el aparato judicial y policial. Surge el que Foucault llama “intelectual específico” en oposición al intelectual universal.
El papel de los intelectuales
Los intelectuales tienen la responsabilidad de interpretar y transmitir en forma simple y clara, los conflictos más importantes, identificar a los enemigos de la paz, la justicia social, la independencia nacional y la libertad, en cada etapa. Separar las medidas tomadas por los países y pueblos dependientes, amenazados por el imperialismo, y las acciones ofensivas de éste. Aquellos que eluden esta diferenciación, son simplemente cobardes o traidores a su pueblo. Los intelectuales que se dicen comprometidos, tienen la responsabilidad política de desmitificar a los sectores de poder y el papel de los medios, en su campaña de “denuncia” a las violaciones a los derechos humanos, en los estados que luchan por su independencia. El intelectual crítico debe establecer normas de integridad política y personal con respecto a los hechos y cuestiones antes de emitir juicios morales.
El intelectual crítico debe negarse a ser el juez,el fiscal y el jurado que condena a los que tienen el coraje de defender a los revolucionarios.
Hay un importante sector de intelectuales “progresistas”, que cuestionan con una gran “severidad” a Cuba, y son benevolentes con Estados Unidos. Estos “progresistas” son los que causan mayor daño, especialmente en América Latina, a la corriente antiimperialista que circula por el continente.
“La hegemonía cultural conquistada por el imperialismo entre los intelectuales, incluidos los de izquierda, ha impuesto un lenguaje adrede eufemístico que oscurece intencionalmente la comprensión del mundo real. Así, entonces, imperialismo troca en globalización, las nuevas (y crecientes) formas institucionales autoritarias se llaman transiciones democráticas, las nuevas (y antiguas) formas de súper explotación y precarización del trabajo mutan en flexibilización, el desmantelamiento de las conquistas obreras se nombra ajuste”. (James Petras)
Por el otro lado, hay un intelectual que imagina y desea ser el gran abanderado del capitalismo. Elaborador de una teoría que lo justifique y lo ennoblezca. ¿El poder mundial, necesita de excelencias intelectuales que lo sostengan?
El intelectual tiene asignado el lugar del pariente pobre, en la mesa del poder. Mientras se limite a decir cosas ingeniosas, adulando al dueño de casa, ocupará un lugar. Cualquier intento de crítica significará ser excluido del sistema. Sus opiniones serán aplicadas a un orden que él no puede modificar en lo esencial.
Las grandes ideologías generadas por la misma burguesía en su ascenso, pensadores como Decartes, Montesquieu, Hume, Hegel, produjeron sistemas conceptuales que no sólo fueron aceptados, sino que tuvieron peso real en los resortes de poder, hoy no aparecen.
El poder no necesita entonces de los intelectuales elaboradas teorías que justifiquen su dominio. Cualquier explicación termina siendo embarazosa. Lo que le exige es eficiencia y una obediencia ciega, dejando de lado todo tipo de escrúpulos.
Esta misma situación se encuentra en la ciencia. Michel Foucault, se planteaba el temor de que en algún momento, los científicos acudan a argumentos emparentados con los de “la verdad misteriosa y oculta”, en defensa de sus intereses.
En esta dirección, apunta el llamamiento de Heidelberg, firmado por 264 científicos, entre ellos, 52 Premio Nobel, denunciando a la ecología, como: “emergencia de una ideología irracional que se opone al progreso científico e industrial”.
Documento público, durante la Cumbre de Río de Janeiro, de 1993, precisamente cuando los pueblos del mundo se preguntaban si el ser humano no se encontraba amenazado por la ciencia.
Esta pregunta surgió naturalmente frente a las catástrofes ecológicas y humanas, como las que provocaron la evacuación de 200.000 personas en Thee Miles Island; 37.000 personas contaminadas en Seveso; 2.700 muertos y 20.000 heridos en Bhopal; 300 muertos y 50.000 contaminados en Chernobyl; 200 muertos y 20.000 sin casa en Guadalajara.
- A partir de mediados de la década de los ´50 comenzaron a producirse graves accidentes en plantas nucleares de USA, ex URSS, Canadá, Gran Bretaña y Japón. La mayoría de ellos debido a fallas humanas. Afectaron seriamente a seres humanos y al ambiente.
- 1957, KASLI, oeste de los Montes Urales (ex URSS). Contaminación de hasta 600 km2 y la evacuación definitiva de más de 30 aldeas.
- 1957, WINDSCALE PILE, Irlanda (Gran Bretaña). Un incendio de un reactor de plutonio liberó yodo (I) radiactivo que contaminó 500 km2 y destruyó 5,6 millones de litros de leche en los tambos de la zona. En 1983 se supo de más de 200 casos de cáncer en la glándula tiroidea, sobre todo en niños.
- 1963, INDIAN POINT (USA). Un escape radiactivo de esa central nuclear puso fin a la fauna de los ríos cercanos y contaminó los productos agrícolas.
- 1971, MONTICELLO, Minesota (USA). Más de 190.000 litros de agua radiactiva desbordaron del depósito de desechos del reactor y se volcaron en el río Mississippi. Parte del derrame afectó al suministro de agua potable de St.Paul.
- 1979, HARRISBURG (USA), Pennsylvania. Fuga de vapor radiactivo en la planta nuclear de Three Mille Island, nube que cubrió 30 km2. Se evacuó 106 personas. Con el tiempo nacieron criaturas con severas malformaciones genéticas (congénitas).
- 1979, ERWIN, Tennessee (USA). Escape de uranio (U) altamente enriquecido contaminó aproximadamente 1.000 personas con casi 5 veces la radiación que normalmente recibían por año.
- 1981, JAPON. Durante una reparación en la planta de Tsurunga, 45 trabajadores quedaron expuestos a material radiactivo. La filtración contaminó el lecho de una bahía pesquera cercana.
- 1986, GORE, Oklahoma (USA). Estallido de un cilindro de material nuclear excesivamente cargado tras ser recalentado en la planta Kerr McGee.

- 1986, CHERNOBYL (Ucrania).Estallido/fusión del reactor (núcleo). 25 personas murieron en los meses siguientes, 18.000 hospitalizadas, 92.000 evacuadas. Profusión de cánceres y malformaciones. Contaminación de flora y fauna de Bielorrusia desde Kiev hasta Gornel. La nube radiactiva sobrevoló todo Europa.
(
http://www.cricyt.edu.ar/enciclopedia/ac.htm)
Chernobyl
El llamamiento de Heidelberg, en el que podemos percibir las pautas de un nuevo cientificismo, fundamenta y aumenta la desconfianza hacia la tecnociencia.
El mundo asiste angustiado a la desaparición de bosques y selvas, a la devastación de las llanuras, la erosión de las tierras, el avance de los desiertos, la rarefacción del agua dulce, la contaminación de los océanos, la explosión demográfica, el aumento de las pandemias y la pobreza.
Hay un profundo debate acerca de lo acertado, lo ético, lo bueno o malo de la clonación. El principal argumento de quienes defienden este “avance científico”, es que no hay nada que temer, ya que más allá de lo biológicamente fraguado, la cultura seguirá siendo la garantía de sabernos diferencia
Lo que nos ocultan, es que lo que está clonado, es precisamente la cultura, la clonación mental, en el laboratorio del pensamiento único, utilizando para ello los sistemas educativos, los medios de información, los partidos políticos, la iglesia, la “justicia”, la ciencia. Etc. El saber, como medio de dominación.
Encontramos entonces, otra asociación malsana, la extrema pobreza, la profunda angustia que provoca, el renacimiento al culto de los sanadores, y la búsqueda de una solución milagrosa, frente a la imposibilidad de encontrarla en la razón o en el sistema,
Esta espúrea alianza del capital, la industria y la ciencia, constituye una traición a la ética de esta última. Esta concepción mercantilista es la responsable de la mayoría de los más graves problemas el planeta. Cuando la idea del progreso está conducida por el interés del capital, se convierte en uno de los orígenes de todas las crisis.
Me voy a permitir, y pido disculpas por el atrevimiento, hacer un comentario abreviado de un cuento de Arthur C. Clarke: “Los nueve billones nombres de Dios”.
Una comunidad de monjes tibetanos, asumen la tarea de escribir y ordenar los distintos nombres de Dios. Sucede que este trabajo lo están llevando a cabo desde tiempo inmemorial, ya que la cantidad de nombres son alrededor de nueve mil millones. Una profecía dice, que cuando terminen, el mundo, la vida conocida, acabará. Agotados, a algunos de ellos se les ocurre pedir ayuda a los técnicos de IBM. Estos aceptan el compromiso. y en un tiempo terriblemente breve, clasifican e imprimen todos los nombres. Cuando se retiran del monasterio, totalmente indiferentes acerca del contenido o el significado de lo que hicieron, asombrados, ven, como comienzan a desaparecer, una a una, todas las estrellas del firmamento.

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